Resumen de los puntos claves del origen del problema a mi entender

Esto solo es un intento en ofrecer algunos datos recopilados en relación con la situación dramática que estamos viviendo en estos momentos, sin entrar en juicios, tan solo un humilde acercamiento por si a alguno le parece de utilidad.

Condenando por supuesto cualquier acto de violencia, entiendo que tanto un bando como otro tenga sus razones actuales e históricas, un conflicto enquistado y complejo. Sin embargo, mi pregunta es: ¿Tiene sentido? ¿No sería mejor vivir en paz prosiguiendo cada cual con sus vidas? Tantísimo odio e inconsciencia… ¿No sería interesante y en el interés de ambos negociar? Pero hay disposición real y sincera para ello…

En total se calculan unos 15,2 millones de judíos en el mundo, albergando Israel una población de 9,8 millones (74% de ellos judíos) y 6 millones viviendo en Estados Unidos (los mismos que se estima murieron durante el Holocausto); frente a los palestinos con una población de 14,3 millones (viviendo 3,2 millones en Cisjordania, 2,2 en Gaza, 2 en Jordania, 2 en Israel, 1 entre Siria y Líbano y 1 entre Arabia Saudí y Chile).

Algo de contexto histórico:

Partiendo de la base que tanto el pueblo judío como el pueblo palestino originan del antiguo pueblo semita del Levante mediterráneo con genética ancestral común, resulta aún más llamativa esta inquina y repulsión mutua. Los judíos se consideran descendientes de los patriarcas hebreos Abraham, Isaac y Jacob (o Israel como es renombrado en el libro de Génesis) y de los antiguos israelitas provenientes de la tierra de Canaán. Por otro lado, el pueblo árabe se considera ismaelitas, ancestros del otro hijo de Abraham o Ibrahim, Ismael. En el año 1250 a. C., tras el Éxodo de Egipto de las doce Tribus de Israel, regresaron conducidos por Moisés hacia la Tierra Prometida, comprendiéndose mejor el porqué del empeño y lucha de permanecer justo en aquella región.

En tiempos de Saúl y David, 1020-966 a. C. el Reino de Israel constituía una monarquía unida. El territorio continuó unido hasta la muerte de Salomón en 928 a. C. cuando se crearon dos reinos hebreos, Judá (sur) e Israel (norte). La zona fue invadida en la Antigüedad por asirios, babilonios, persas, macedonios y romanos.

Bajo el Imperio Romano Judea fue renombrada como provincia romana de «Palestina». La invasión en el siglo VII por parte de los árabes derrocó al Imperio Bizantino en la región. Hacia el año 1000, entre cruzadas, el 80% de las poblaciones judías del mundo vivía en territorios musulmanes. En 1516 se estableció la dominación turca del Imperio Otomano que duraría hasta la Primera Guerra Mundial, cuando se impuso el mandato británico.

Durante la Declaración de Balfour de 1917, en la que el gobierno británico se declara a favor de un «hogar nacional», los motivos para que un Estado judío se estableciera en Medio Oriente se centraban en «argumentos basados en fuentes bíblicas e históricas». Muchos ya habían emigrado a Tierra Santa por sufrir constantes persecuciones, asentándose y comprando terrenos a los musulmanes que residían en la zona.

Tras el Holocausto nazi contra millones de judíos en Europa antes y durante la Segunda Guerra Mundial, creció la presión internacional para el reconocimiento de un Estado judío. En 1947 la Asamblea General aprobó un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén. El plan fue aceptado por los israelíes, pero no por los árabes, que lo veían como una pérdida de su tierra.

Después de la fundación de Israel el 14 de mayo de 1948, la tensión pasó de ser un tema local a un asunto regional. Al día siguiente, Egipto, Jordania, Siria e Irak invadieron este territorio. Tras el conflicto, el área inicialmente prevista por las Naciones Unidas para un Estado árabe se redujo a la mitad. Además, el estado Palestino no se materializó ya que Egipto se anexó la franja de Gaza y Jordania ocupó Cisjordania.

Para los palestinos, comenzó la Nakba, la llamada «destrucción» o «catástrofe»: el inicio de la tragedia nacional. 750.000 palestinos huyeron a países vecinos o fueron expulsados por tropas judías. Los judíos desplazados al territorio israelí se integraron en el nuevo país, en cambio los palestinos muchos de ellos permanecieron durante décadas en campos de refugiados.

Se siguieron revueltas y la creación de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) bajo la tutela de Egipto. Luego su cuartel general se instaló en Jordania de donde fue expulsada para trasladarse a Siria y más tarde al Líbano de donde fue también derrotada por Israel asentándose en Túnez. Israel se vio amenazada por Egipto y su ejército cerca de la frontera, incluido por un bloqueo comercial: “Egipto cercó el paso de los barcos israelíes a través del Estrecho de Tirán, cerrando el único acceso que tenía el país al mercado asiático y cortando el flujo de petróleo que recibía Israel de su principal proveedor de la época: Irán.”

Siria a su vez había desplegado tropas, Jordania y Líbano se unían, un ataque parecía eminente, dispuestos a una batalla de aniquilación del estado judío. El gobierno israelí decidió «arremeter» primero y destruyó el 90% de los aviones militares de Egipto y Siria.

La guerra de los Seis Días de 1967 cambió el panorama territorial de Medio Oriente: “Israel multiplicó el tamaño del espacio bajo su control al quitarle a Egipto la península del Sinaí y la franja de Gaza; los Altos del Golán a Siria; y Jerusalén Este y Cisjordania a Jordania”. Otro medio millón de palestinos tuvieron que desplazarse y huir.

“Antes de la guerra de 1967, había muy pocas probabilidades de negociación, principalmente porque los estados árabes esperaban simplemente derrotar a Israel y borrarla del mapa. Al terminar el conflicto de 1967 la situación era distinta porque Israel tenía un conjunto de piezas para negociar. No habría avances, sin embargo, hasta después del final de la Guerra de Yom Kippur de 1973, cuando Egipto y Siria iniciaron otro nuevo ataque contra Israel en el día más sagrado del calendario judaico.” Después de negociaciones Egipto recuperó el Sinaí, pero no Gaza.

Finalmente, los territorios fueron devueltos en diversos acuerdos de paz con condiciones, algunas muy complejas y difíciles de gestionar en la realidad…

Seguramente por ello y otras razones comenzaron las revueltas populares llamadas Intifadas y la proliferación de grupos extremistas como Hamás creados en 1993 y financiados por Irán desde el régimen del Ayatolá Jomeini con la revolución islámica en 1979.

Cuestiones recopiladas de distintas fuentes para tener en cuenta:

En Cisjordania y Jerusalén occidental se encuentran los lugares más sagrados para los judíos y esto cambió las dinámicas dentro de Israel. Ayudó al surgimiento del sionismo religioso en oposición al sionismo secular (movimiento nacionalista surgido a finales del siglo XIX, cuyo objetivo es el establecimiento de un Estado nacional judío en los territorios palestinos, el lugar que ellos consideran su tierra ancestral) que había predominado hasta entonces. Tras 1967 hay quienes ven en esa victoria una intención divina de devolver esas regiones a Israel. Eso tuvo un efecto dramático en la política israelí que comenzó a centrarse más en los territorios y menos en la economía y otros asuntos.

Israel ejerce control sobre áreas donde ahora viven millones de palestinos y dado que no incorporó oficialmente a Gaza y Cisjordania a su área se creó un limbo. Esta situación crea un enorme dilema. Si Israel anexa a Cisjordania a su territorio cambiaría completamente como país. La propia idea de crear un estado judío sería anulada y habría un gran riesgo de guerra civil. La «alternativa sensata» sería la retirada de Israel de Cisjordania para permitir la creación de un estado palestino, pero en ese caso se enfrentaría a un problema de seguridad.

Tras años de atentados palestinos e incursiones de las fuerzas de seguridad israelíes, la OLP e Israel firmarían en 1993 los acuerdos de paz de Oslo, en los que la organización palestina renunció a «la violencia y el terrorismo» y reconoció el «derecho» de Israel «a existir en paz y seguridad», un reconocimiento que la organización islámica palestina Hamás nunca aceptó.

Después de los acuerdos firmados en la capital noruega fue creada la Autoridad Nacional Palestina, que representa a los palestinos ante los foros internacionales. Se acordó una entrega progresiva de territorio ocupado desde el 1967 para la creación de un estado palestino. Se delimitaron tres áreas: Área A – 3% control político y militar en manos de la Autoridad palestina, Área B – 23% administrada por Palestina, pero bajo control militar de Israel, y Área C – bajo total control israelí y que debería ser cedida acorde con la democratización y apuesta por la paz por parte de Palestina.

El dominio de Cisjordania ha sido el corazón del conflicto palestino-israelí. Israel ha construido 140 asentamientos en el Área C (donde viven más de 700.000 judíos ahora) puntos estratégicos altamente militarizados. La comunidad internacional, incluyendo Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia, considera ilegales los asentamientos sobre la base de la Convención de Ginebra que prohíbe que una potencia ocupante traspase su población a un territorio ocupado. Sin embargo, los israelíes aseguran que la convención no aplica a Cisjordania, pues, según ellos la región no está técnicamente ocupada. En su criterio, tienen derecho a estar allí como resultado de una guerra defensiva y que no le quitaron el control de Cisjordania a un poder soberano legítimo. Muchos de estos colonos son motivados por ideologías sionistas, en otros casos religiosas y cada vez más los hay que aprovechan que las condiciones de vida y de vivienda son mejores y más baratas que en Israel.

En el 2002 se levantó un muro alrededor de Gaza y Cisjordania. «Hasta ahora los intentos por lograr un acuerdo de paz con los palestinos han fracasado. Cuando Israel abandonó voluntariamente la Franja de Gaza en 2005 lo que consiguieron fue más guerra de parte de Hamás». En 2006 Hamás derrotó a la Autoridad Nacional Palestina en Gaza y desde entonces controla la zona. También comenzaron ataques desde el Líbano por parte de Hezbolá, una milicia chií financiada a la vez por Irán.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, agitó aún más el conflicto entre su país y los palestinos con su controvertida promesa electoral: anexarse el valle del Jordán. El valle en cuestión abarca unos 2.400 km2, casi un tercio de Cisjordania. Se trata de una tierra fértil con recursos acuíferos que limita con la frontera de Jordania. Allí viven unos 65.000 palestinos incluyendo Jericó y 12.800 colonos judíos.

Las diferencias que parecen irreconciliables son las siguientes:

Jerusalén: Israel reclama soberanía sobre la ciudad (sagrada para judíos, musulmanes y cristianos) y asegura que es su capital tras tomar Jerusalén Oriental en 1967. Por otro lado, tanto la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna Cisjordania, como el grupo Hamás, en Gaza, reclaman la parte oriental como su capital.

Fronteras y terreno: Los palestinos demandan que su futuro Estado se conforme de acuerdo a los límites previos al 4 de junio de 1967, antes del comienzo de la Guerra de los Seis Días, algo que Israel rechaza.

Asentamientos de colonos: Son viviendas, ilegales de acuerdo al derecho internacional, promovidas por la política del gobierno israelí en los territorios ocupados tras la guerra de 1967.

Refugiados palestinos: Cuántos refugiados son depende de quién esté contando. La OLP dice que son 10,6 millones, de los cuales casi la mitad están registrados en la ONU. Los palestinos sostienen que los refugiados tienen el derecho de regreso a lo que hoy es Israel, pero para Israel abrir la puerta destruiría su identidad como Estado judío.

Los israelíes tendrían que apoyar un Estado soberano para los palestinos que incluya a Hamás, levantar el bloqueo a Gaza y las restricciones de movimiento en Cisjordania y Jerusalén Oriental.

Los grupos palestinos deberían renunciar a la violencia y reconocer al Estado de Israel. Y se tendrían que alcanzar acuerdos razonables en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados.

Conclusión, no sé si algún día las posturas podrán acercarse lo suficiente como para alcanzar una solución pacífica duradera de coexistencia. El conflicto está tan enquistado en las mentes de los que han sufrido que solo aceptan una única salida: la venganza. Derrocar el terrorismo también será una misión imposible, ya que los hijos de los hijos sentirán la misma revancha. El orgullo de ambos pueblos parece que ha construido muros infranqueables sin posibilidad de un entendimiento. Y mientras muchas víctimas civiles, pérdidas de vidas, rehenes, escudos humanos, aumento de desplazados convertidos en refugiados, sin hogar ni techo ni asistencia de ningún tipo.

Preguntas posiblemente sin solución ni respuesta:

¿Quiénes tienen derecho a vivir en esa tierra? Los que ya estaban instalados o los que originariamente vienen de ahí, son perseguidos y se establece que ese es su hogar…

¿De quién es el territorio? De los que no aceptan la resolución y atacan al otro estado o de los que ganan la guerra…

¿Es posible gobernar una región anexionada donde la población es mayoritariamente del otro frente? Prefieres devolver lo ocupado y vivir tranquilo o seguir con una política de asentamientos…

¿Es posible combatir el terrorismo con barreras y bloqueos? El control militar sobre una población seguirá llevando a levantamientos…

¿No habría que respetar los acuerdos de paz alcanzados y tomarlos como punto de partida? Lo malo es que los que negociaron y firmaron en su día ya no están, y los políticos actuales difieren, tienen ideas distintas y no ven las mismas ventajas…

¿Cuáles son los intereses económicos reales detrás de todo ello? Las potencias se reparten el poder en la zona…

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